viernes, 25 de julio de 2008

70 céntimos tienen la culpa.


Es la última semana antes de irme de viaje y estoy ultimando detalles. Ayer le tocó el turno a una de las recomendaciones de viaje que leí en la página del Ministerio de Asuntos Exteriores: “Se recomienda tomar la profilaxis contra la malaria”. Voy al centro de salud y le explico el asunto al doctor: “Resochín” dice el galeno “es lo que indica el protocolo para estos casos”. Así que nada, cojo la receta y voy hacia la farmacia a comprar las pastillas. Por el camino, voy pensando lo que me va a costar la broma, una pasta, seguro. Pero bueno, si quieres hacer viajes y más si son exóticos hay que aflojar la mosca. Y si no, haberte ido de vacaciones a Villatocinos del Fraile o a Torrecilla de la Laguna seca. Entonces, entro a la farmacia y pido el medicamento. “70 céntimos” me dice Nacho, el farmacéutico. Vaya, pienso, que barato.

Mientras vuelvo a casa, un pensamiento se forma en mi cabeza. Cuando llego, leo el prospecto y veo que el Resochín sirve tanto para la prevención como para el tratamiento de la malaria. En ese momento el pensamiento toma forma. No sé mucho sobre esta enfermedad, pero recuerdo de los telediarios que causa un montón de muertos por todo el mundo. Busco en Internet y, en efecto: entre 300 y 500 millones de personas enferman cada año y de ellos 3 millones, mueren. Y me pregunto ¿tan mal está alguna gente que no puede permitirse un tratamiento tan barato? Evidentemente, me respondo en seguida a mi mismo, sino no se dejarían morir. ¿Y tan mal están sus gobiernos? ¿y la comunidad internacional no puede subvencionar alguna parte? ¿Y la OMS o Naciones unidas o alguien no pueden hacer nada? Con setenta céntimos previenes 6 meses de malaria. A estas preguntas no puedo responder.

Por la tarde, mientras leo el periódico la idea todavía revolotea sobre mi cabeza. “El Real Madrid ofrece 40 millones de euros por Villa”. Más de 40 millones de personas sin malaria durante medio año, calculo por encima. Más abajo “Valencia invierte tropecientos millones de euros en el nuevo circuito urbano de Fórmula 1”. Joder, pienso, unos tanto y otros tan poco. Vaya mierda de mundo.

jueves, 17 de julio de 2008

Los 36 hombres justos

de Sam Bourne

Will Monroe es la joven promesa del prestigioso diario New York Times. Sus dos primeros trabajos le llevan a cubrir dos homicidios aparentemente sin ninguna importancia ni relación entre ellos. Sin embargo, el misterioso rapto de su mujer le llevará a descubrir una sorprendente similitud entre esos asesinatos. Esto le llevará hasta Crown Heights, centro de la mayor comunidad hasídica del mundo. Se verá involucrado en una profecía, escrita en el antiguo testamento, que anuncia el posible fin del mundo.
Me gusta: Se aprenden algunas cosas sobre la religión judía, aunque falta contrastar que todo lo que aparece en la novela sea verdad. Es una historia entretenida, no te tienes que calentar mucho la cabeza. Ideal para el veranito.
No me gusta: Tantos juegos de palabras, códigos y sociedades secretas aburren y además está muy visto ya. Un poquito de imaginación, ¿no?
Pues eso, otra novela más que aprovecha el filón del Código da Vinci y que entremezcla textos del pasado, códigos, anagramas, sociedades secretas, sectas religiosas, etcétera, etcétera. Si te gustan este tipo de historias, adelante, entretiene bastante. Si lo que quieres es un tipo de literatura más "de pensar" busca otra cosa. Como diría Jesulín de Ubrique, en tres palabras "un best seller".









sábado, 5 de julio de 2008

Marina



de Carlos Ruiz Zafón.

Óscar Drai es un adolescente que estudia en un internado en Barcelona. En su tiempo libre sale del internado para pasear por las calles de una ciudad que le tiene hechizado. En uno de sus paseos conoce a Marina. Ésta le descubrirá el cementerio de Sarriá, donde una misteriosa mujer visita una tumba sin nombre. La curiosidad de ambos les llevará a destapar una de las historias más tenebrosas y espeluznantes, mientras florece en ellos la semilla del primer amor.

Me gusta: La forma en que está escrita la obra, ya que el autor escribe con una prosa muy sencilla. Los momentos de misterio que hacen que te enganches a la historia. La mezcla de realidad y fantasía de forma que la historia parece creíble.

No me gusta: En mi opinión, el autor no consigue en algunos momentos retratar el ambiente gótico que pretende. Aún así, la narración no pierde fuerza ni misterio.

Una frase: “… la vida nos concede a cada uno de nosotros unos escasos momentos de pura felicidad. A veces son sólo días o semanas. A veces, años. Todo depende de nuestra fortuna”.

El libro podría parecer un simple relato de misterio, terror y fantasía, sin embargo en él podemos reflexionar sobre la amistad, el amor y, sobre todo, sobre nuestro apego a la vida y hasta dónde seríamos capaces de llegar para huir de la muerte.