miércoles, 30 de noviembre de 2011

Pongamos que hablo de Madrid


En un hotel cerca del Prado,

donde me llevaste a dormir,

donde descansamos del trabajo,

pongamos que hablo de Madrid.

Donde los artistas dibujan en el suelo,

siempre hay una foto para ti,

cualquier rincón de allí parece bueno,

pongamos que hablo de Madrid.

Una mujer con un sombrero negro,

nos mira y se pone a sonreír,

nos la encontramos luego en el museo,

pongamos que hablo de Madrid.

Un trovador acaricia la guitarra,

con canciones que nunca antes oí

el fotógrafo apunta y dispara,

pongamos que hablo de Madrid.

Las librerías salen a la calle,

la gente protesta aquí y allí,

en los bares no hay sitio para nadie,

pongamos que hablo de Madrid.

Esta noche cenamos en las Huertas,

y mañana ¿donde quieres ir?

te cuento un secreto en la Almudena,

pongamos que hablo de Madrid.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Mi homenaje


Hoy hace veinte años que murió y todo el mundo se vuelve a acordar de él. Yo también. No recuerdo exactamente cuando le conocí, pero yo era bastante joven. Tampoco me acuerdo del lugar, pero seguramente fue, o al menos así me gusta pensarlo, en el asiento de atrás del Ford Escort de mis padres. Es posible que en algún momento de un viaje entre Enguera y Xixona sonaran los acordes de la inconfundible guitarra eléctrica de Bryan May dando paso a una de las voces más talentosas de la historia del rock.

Poco a poco, con el paso del tiempo nos hicimos más amigos. Primero me cantaba al oído a través de mi walkman y yo sacaba la cinta y la rebobinaba con un boli Bic para no gastar pilas. Oía sus canciones una y otra vez. Años después compré aquella caja de cd’s con funda de cartón dorado con sus Grandes Éxitos. Ya era un adolescente y empecé a preguntarme más cosas, a tener curiosidad, a querer saber.

Fue mi primer amigo gay. Recuerdo que me enteré porque mi tío me preguntó cual era mi grupo favorito y dije que Queen. El me informó, sin mala intención, que era homosexual, y contesté que me daba igual, que cantaba muy bien. También fue mi mejor maestro de inglés. A través de sus canciones aprendí mucho de ese idioma y, como nunca he viajado a Inglaterra para estudiar, siempre digo que hablo inglés con acento de Freddy Mercury.

Recuerdo cuando se fue. Había grabado una canción junto con Montserrat Caballé para conmemorar los Juegos Olímpicos de Barcelona. Me lo anunció mi padre y yo, intentando disimular mi tristeza solo acerté a decirle a mi padre, como en un reproche no sé a quien: “Entonces ya no podría cantar en los Juegos…”

Es curioso como una persona a la que jamás conociste puede estar tan presente en la vida de uno. Sus canciones me han hecho disfrutar, haciendo saltar mi corazón a mil por hora, como Hammer to fall o We will rock you; me han hecho pensar, como The show must go on (El espectáculo debe continuar), compuesta cuando supo que iba a morir a causa SIDA; o llorar, como Save me aquellas veces que necesitaba que alguien me salvara. Pero la mejor de todas, para mi, es Bohemian Rapsody, esa balada-opera-canción de rock que lo tiene todo y que nunca me canso de escuchar. Así que, esta noche, a su salud voy a escucharla de nuevo.

Os invito a que lo hagáis también y me acompañéis en el homenaje. No os decepcionará.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Reflexión


“Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor” cantaban Cristina y los Stop en los años 60. Durante un tiempo, la bonanza económica que disfrutábamos los españoles ha hecho que solamente nos preocupase la salud y el amor, ya que el dinero parecía asegurado. Sin embargo, la vida, que da más vueltas que un tiovivo, ha colocado a Don Dinero en un lugar preferente.

La situación social, política y económica derivada de la crisis que atraviesa nuestro país es la más difícil que hemos tenido que afrontar la gente de nuestra generación. No hemos sufrido problema peor en treinta y dos años que son los que yo, más o menos conozco -tal vez le siga aquella época en la que ETA tuvo su auge y todos vivíamos con el temor de sufrir un atentado, pero no era un problema tan global-. Por eso, no podemos esperar solucionarlo de la forma que lo hemos hecho hasta ahora. Esto no es como cambiar las pilas de un transistor porque se le han agotado o un mero intercambio de cromos. Hay que buscar una alternativa.

Hoy es jornada de reflexión. Reflexionar es, según la RAE, considerar nueva o detenidamente algo. Así que hagámoslo, recapacitemos lo que vamos a hacer, madurémoslo dilatadamente. Hemos de tener claro que gobierne quien gobierne a partir del próximo lunes tiene una tarea difícil y va a tener que tomar decisiones duras. Lo que decidimos mañana es cómo queremos hacer ese camino tan complicado, quién queremos que nos guíe. Por eso es importante saber las ideas de nuestro guía para ver si se adaptan a lo que nosotros queremos. No tenemos por qué seguir a nadie a ciegas, podemos elegir quien nos ofrece algo mas parecido a lo que nosotros perseguimos; hemos de contemplar TODAS las posibles opciones, ¡hay mas de dos!. Para eso, se necesita pararse a pensar. ¡Pensemos por una vez!

Es importante.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El PP y el calvo de la Loteria


Una mujer joven llama a su madre por teléfono para comunicarle que la han despedido; un señor cercano a la jubilación explica a su mujer como se sintió cuando recibió la mala noticia; un niño pregunta a su padre si no va al trabajo, y este contesta triste que no; una madre confiesa entre lágrimas a su hija que, sin saber porque, la han echado. Finalmente una voz en off nos explica que hay muchas forma de decir que te has quedado en el paro, pero solamente una manera de cambiarlo.

Como habréis adivinado, estoy hablando del último video de campaña del PP, un video populista, demagogo y a mi juicio, miserable.

El tema elegido es sin duda el que más preocupa a la gente en la calle y el partido en cuestión, como no, se suma a esta reivindicación. Sin embargo, no aporta porque, o mucho me equivoco, o esta es la preocupación de todos los partidos políticos hoy en día - aunque a veces oigo preocupaciones de otros que tienen que ver con banderas, acercamientos e independencias, debe ser que allí trabajan todos.

La demagogia viene del hecho de relacionar, por la cara, el voto a favor del partido con la creación de empleo, cuando saben perfectamente que todas las previsiones para el 2012 hablan de un aumento del paro, este quien este. Además, afirman impávidos que ellos son los únicos que pueden cambiar la situación a pesar que ni si quiera en su programa electoral anuncian como piensan hacerlo.

El video es miserable porque apelando a la desesperación de la gente, se aprovechan de ella como vulgares videntes del tarot, hurgando en la herida aún abierta de personas que lo están pasando mal de verdad. Vendiendo una falsa esperanza –cuanto menos durante un año- recurriendo a la lágrima fácil y al sentimentalismo rancio de anuncio de turrón. Sabiendo que diciéndoles lo que quieren oír, se agarraran a la papeleta pepera como a un clavo ardiendo

En cuanto a contenido del video yo no me hubiera parado ahí. Una vez metidos en harina debería aparecer Mariano Rajoy con la cabeza rapada y la bola del calvo de la Lotería, alzándola al aire y profiriendo un soplo mágico que se extendiese por la gris y melancólica de tiempos mejores España. Transformando las fábricas donde la gente trabaja por escasos mil euros en la fábrica de Willy Wonka, sanando enfermos que salen del hospital gritando ¡milagro, milagro! y transformando a los maestros descontentos y “recortados” en alegres señoritas que parecieran sacadas de la película Sonrisas y lágrimas. Y al final, hubiera sacado a una entrañable ancianita que observara las maravillas del aliento reverdecedor del cambio desde su balcón. La abuela entraría decidida en la habitación, abriría un cajón de la cómoda y sacaría de el una foto de Aznar para colocarla junto a la de sus nietos. Para acabar, con la cámara alejándose lentamente, se sentaría en la mecedora a ver el atardecer a través de su ventana, tranquila al fin.

lunes, 20 de junio de 2011

Justos en Sodoma


Que la clase política española está en horas bajas, no lo duda nadie. Los últimos acontecimientos, encarnados en el movimiento 15-M, muestran un paso más en la escala de indignación de los ciudadanos hacia nuestros dirigentes. Hemos pasado de tragar, de quejarnos en el trabajo o de “arreglar el mundo” junto a los amigos en el bar, a mostrar nuestra reprobación hacia aquellos que nos representan (o que deberían hacerlo y no lo hacen) en la calle, a cara destapada y en voz alta. Dejándoles claro que a algunos ya no nos engañan y que tienen que espabilar. Los políticos, de izquierdas o de derechas; centrados o extremados se han mostrado incapaces de solucionar ningún aspecto de la crisis económica y, lo que es peor, una y otra vez, demuestran su incompetencia, irresponsabilidad e insolidaridad a la hora de luchar juntos por el bien del pueblo del que deben de cuidar.

Y no solo eso, sino que se han aprovechado de su cargo, del dinero del contribuyente y de la soberanía que entre todos les hemos otorgado para enriquecerse, obtener favores y hacerse poderosos… y corruptos. Han conseguido que, en la calle, la palabra “político” sea sinónimo de ladrón, sinvergüenza, aprovechado y que en los corrillos que se forman en plazas, cafeterías y parques se oiga la frase: “Da igual de izquierdas que de derechas, todos son iguales”.

La desconfianza en la clase política se traslada estos días a Europa, tras la puesta en marcha del Pacto del Euro. Se trata de un paquete de medidas que pretende acelerar la salida del continente de la crisis. La mayor parte de estas medidas afectan, una vez más, al ciudadano principalmente y apenas hacen mención a los que para casi todos son los verdaderos causantes de la crisis: las bancas.

El panorama que queda es, pues, descorazonador para todos nosotros, los ciudadanos de “a pie”. Con más de cinco millones de parados haciendo malabarismos para subsistir, tendremos que hacer frente a “moderaciones” de sueldos, recortes en pensiones, sanidad y prestaciones sociales y subidas del IVA.

Mientras tanto, aquellos a los hemos votado para que nos representen siguen a lo suyo. Preocupándose por si mismos, parapetándose tras sus privilegios, exprimiendo al ciudadano al que engañan para conseguir el poder con el que perpetuarse, comportándose cobardemente sin señalar, ni castigar a los verdaderos culpables por miedo a que todo cambie y que el cambio les deje fuera.

A nosotros, ahora mismo, solo nos queda alzar la voz. Obligarlos con nuestra determinación a que piensen en nosotros. A salir a la calle a luchar por lo que nos pertenece, lo que es nuestro, por aquello por lo que nuestros padres y abuelos lucharon. Luchar por una verdadera democracia. Hacerles recapacitar y despertar sus conciencias dormidas. Con la esperanza de que todavía queden líderes honestos y valientes, que hagan aquello para lo que fueron elegidos: ser el brazo ejecutor de un gobierno del pueblo y para el pueblo. Con la fe de que quede algún justo en Sodoma.