sábado, 21 de febrero de 2009

Sábado 10 de agosto. Colombo-Habarana:Sri Lanka, la Isla Maravillosa

Sri Lanka es una isla con poco más de 20 millones de habitantes al sur de la India, inconfundible por su forma de gota. Colombo, la capital, está al oeste del país. Desde allí partimos hacia Habarana una ciudad situada en el centro.
Las carreteras nacionales de Sri Lanka son como las secundarias de aquí, con el añadido de que SIEMPRE se puede adelantar. Si vas más rápido que el coche, el autobús o la moto de delante, pitas, se aparta y adelantas. Da igual que venga un coche de cara. Esto hace que, aunque al principio íbamos mirando hacia adelante, decidamos mirar por las ventanillas laterales... y que sea lo que dios quiera. Aparte de una locura, estas vías son auténticos ríos de vida pues las casas y las tiendas se alinean junto a la carretera, de forma que no existen apenas espacios inhabitados en sus orillas. Eso sí, la densidad de edificios disminuye conforme nos alejamos de la capital y vuelve a crecer cuando nos acercamos a las ciudades importantes.
A mitad de camino no detenemos en Pinnawella, donde está situado el orfanato de elefantes de Sri Lanka. El paisaje que nos envuelve es maravilloso. Bajo nuestros pies se extiende la ribera de un ancho río de poca profundidad donde los elefantes beben o se desplazan mansamente en pequeños grupos. Al fondo, un frondoso bosque de palmeras y el verde tapiz que cubre por completo el suelo, nos recuerda que estamos en la selva y nos trae a la memoria todos esos paisajes que hemos visto en las películas. Los elefantes apadrinados en este paraje también aportan su granito de arena. Una de las atracciones es alimentar con un biberón a una cría de elefante o hacerse fotos con ellos. Por otra parte, también se aprovechan los excrementos de estos enormes animales para fabricar un tipo de papel. Los paquidermos sintetizan la fibra de las hojas de palma y con la pasta resultante y tras varios procesos se obtiene el papel.
Después de comer reanudamos el viaje. La siguiente parada es, ya cerca de Habarana, la fortaleza de la roca de Sigiriya. Situada en un altiplano, en el centro de una selva, se alza una enorme roca con forma de elefante. El inicio de la subida viene indicado por una escalera flanqueada por dos enormes garras de león. Hacia la mitad de la roca, bajo una especie de saliente natural, podemos admirar las pinturas de arte singalés "las doncellas celestiales". Se trata de representaciones de mujeres semidesnudas con adornos en sus cuerpos y en sus cabellos, portando bandejas con frutos y flores, como si estuviesen realizando alguna ofrenda. En su parte más alta se encuentra un palacio construido por el rey Kashyapa en el siglo V a.C. con piscinas que se usaban para regar los jardines y escenarios para las bailarinas. Desde allí admiramos el paisaje y observamos a lo lejos la estatua enorme de un buda, mientras más allá, en el horizonte, el sol empieza a ponerse anunciándonos el final de nuestra jornada

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