lunes, 1 de septiembre de 2008

Domingo 3 de agosto. Male norte

Dos golpes suenan en la puerta de nuestro camarote, anunciándonos que es hora de levantarse. Son las seis de la mañana y, la verdad, no he dormido mucho. Los nervios, el movimiento del barco y el ruido del generador que hace que incluso se mueva la cama, no me han permitido descansar lo que yo quería. Sin embargo, la emoción puede más que la pereza y tras un café para despejarnos nos sentamos para escuchar a Judith hacer el primer “breafing”, es decir, la explicación de cómo va a ser la inmersión.
Maldivas está formado por varios atolones, aunque nosotros sólo vamos a navegar por tres de ellos: North Male Atoll, South Male Atoll y Ari Atoll. La primera inmersión es en Paradise Island. Como soy el más inexperto de todos con sólo 25 inmersiones, no voy a bajar con Toni, sino con Judith.
Judith es una chica catalana que está de guía en el Southern Cross. Es muy simpática, muy agradable y muy atenta. Durante los próximos días parece ser que se va a convertir en mi Ariel particular, ayudándome a descubrir las maravillas que se esconden bajo las aguas del Índico en Maldivas. Hoy me ha ayudado de mil formas distintas, agarrándome de la mano para ayudarme a bajar porque había mucha corriente, dándome aire para alargar mi inmersión (he decidido pedir botella de 15 l.) y en la nocturna guiándonos con el mismo foco porque yo no tenía. Así, de esta forma, pegado a ella como una rémora he hecho mis tres primeras inmersiones en Maldivas. Además de ser muy servicial, Judith bajo el agua se vuelve muy expresiva cada vez que descubrimos un pez napoleón, una tortuga, una pastinaca o algún tiburón, te mira y dibuja una sonrisa. De esta forma consigue su alegría y su pasión por el buceo y por lo que ella vive bajo el agua.
A parte de las inmersiones, la vida a bordo es también muy placentera. La tripulación es encantadora y parece que todos en el barco nos llevamos bien. Poco a poco nos vamos conociendo y la verdad se respira buen ambiente. Lástima de esta sensación que tengo en el estómago que me tiene un pelín preocupado. A ver si se pasa pronto.

1 comentario:

Xixo dijo...

ERROR IMPERDONABLE: He olvidado comentar el intento de amaestramiento de un tiburón de punta blanca, por parte del maestro José Tomás y el pezballesticidio cometido por Bea con ayuda de una tortuga "iluminada".