Según el diccionario, saltar es levantarse de una superficie con un impulso para caer en el mismo lugar o en otro. Este hecho, aplicado al movimiento físico de transladarse de un lugar a otro, parece sencillo y no entraña ningún misterio. A no ser que se tenga alguna discapacidad física, todo el mundo puede saltar. No ocurre lo mismo cuando aplicamos "el salto" a algunos momentos de nuestra vida.
Saltar supone abandonar, aunque sea por unas décimas de segundo, la tierra firme. Este hecho, trasladado a nuestra situación personal supone abandonar la seguridad del momento que estamos viviendo, el cual, más o menos dominamos y en el que nos sentimos cómodos porque nos es conocido. Saltar es un acto de valentía ya que casi nunca sabemos lo que nos espera después.
La segunda parte del salto es el tiempo que pasamos en el aire. Allí debemos mantener el equilibrio y nos será más fácil o menos dependiendo de cómo hayamos iniciado el salto. Por tanto, es muy importante que el impulso sea el adecuado y que se haya dado con decisión. Pobres de aquellos que den el salto sin estar plenamente decididos.
La última parte de nuestro movimiento es el aterrizaje. Quizá es la parte más decisiva. Lo ideal es aterrizar con los dos pies y flexionar las rodillas, agarrarse bien al suelo e intentar no caer. Una vez allí, hay que disfrutar de nuestra osadía, convertir nuestra nueva situación en la mejor posible. Pensar que no es ni mejor ni peor que la que teníamos anteriormente sino simplemente diferente. Intentar añorar la anterior lo menos posible, aunque nuestra posición al principio parezca peor que la anterior. No volver hacia atrás, porque los saltos hacia atrás en la vida son difíciles y raramente salen bien. Y sobre todo, descansar bien las piernas porque en cualquier momento podríamos necesitar volver a saltar.
En un breve periodo de tiempo, voy a dar un par de estos saltos y sé que mucha gente que me rodea también está a punto de dar sus propios saltos (algunos parecen auténticas ranas...). Muchas personas me acompañarán, algunas se quedarán y otras vendrán más tarde. Deseadme suerte. ¡¿Quién se viene?! ¡¡Hop!!
3 comentarios:
faces el "salt" que faces... compta amb mi, amic... i estigues prop de mi quan bote jo... així perdrè la por a fer-me malbé... ABRAÇADA
Boing! Boing!... i ara, el triple salt mortal.
Molt bon article, enhorabona.
És molt guai tindre amics/amigues granotes com jo, jajaja.
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