miércoles, 28 de marzo de 2012

Niños mágicos


Tras sus ojos negros la vida se ve de otra manera, como a distancia. El mundo que le rodea a veces le asusta y las personas que están a su alrededor no siempre le comprenden. En ocasiones quiere estar solo y no puede, otras veces quiere ir a lugares donde no le dejan ir. Y no entiende por qué. Muchos días suele llorar porque nadie parece saber lo que quiere.
Pero hoy, una niña de su cole ha ido a jugar con él. Al principio no ponía mucho de su parte y se dejaba manejar con una mezcla de indiferencia y resignación. Pero su amiga, con la tozudez incansable de las niñas pequeñas se empeñaba en jugar con él. Primero, le cogía las manos obligándole a alzar los brazos y agitándoselos de lado a lado mientras entonaba una cancioncita. Después le abría y cerraba sus brazos haciéndole dar palmas. Él, aunque no podía mirarla a los ojos parecía empezar a divertirse con tanta insistencia y casi sin darse cuenta se le escapó una sonrisa. Como espoleada por esa sonrisa, su compañera tiró de él hasta hacerle levantar del banco donde estaba sentado y se puso a dar saltos mientras le mantenía cogidas las manos. Su cuerpo ya no pudo aguantar tanta alegría y empezó a saltar junto a ella.
Poco después su amiga se dio por satisfecha y le dejo descansar. Le llevó delante del mural sobre un cuadro de Paul Klee que había en el pasillo y se quedaron los dos mirándolo, cogidos de la mano. Y nosotros, apoyados junto a la puerta del pabellón nos miramos sonriéndonos, maravillados por el momento de magia que acabábamos de presenciar.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Parapepismos constitucionales

El pasado 19 de marzo, como todos ya sabéis se celebró el 200 aniversario de la Constitución de Cádiz. Aquella Carta Magna por las circunstancias en las que fue elaborada y por sus contenidos revolucionarios y nunca vistos en España, se ha convertido para nosotros en símbolo (menos de lo que debería, a mi juicio) de libertad, consenso y valentía durante la guerra de la Independencia.
Para celebrar la importante fecha un centenar de personas han participado en una procesión cívica por las calles de la ciudad, caracterizados con trajes de la época, tal y como se hiciera hace 200 años tras sancionarse la Constitución. Acto seguido se leyó el "Te Deum" que Nicolás Zabala escribió para dar gracias por la promulgación de la Constitución de 1812 en la iglesia del Carmen de Cádiz. De ahí la comitiva se dirigió al oratorio San Felipe Neri donde al mediodía llegaron los reyes para descubrir una placa conmemorativa y presidir el homenaje a los diputados doceañistas, al que asistió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la practica totalidad de miembros del Ejecutivo y altos representantes de todos los poderes.
Y claro, el presidente no pudo resistir la tentación ante la posibilidad que se le brindaba de lucirse ante tamaña audiencia y en un alarde poético, no dudó en enfundarse la casaca y equiparar sus reformas con las de la Constitución de Cádiz. Pues bien, hoy yo también me he levantado poético. No sé de donde se saca este señor que sus reformas se pueden comparar lo más mínimo a las promulgadas hace 200 años. Estas últimas proclamaban derechos que los ciudadanos nunca antes habían tenido; la España de 1812 estaba ocupada por un ejército extranjero que dominaba todas las regiones del país excepto Cádiz y algunas capitales levantadas; cualquier política que se llevara a cabo era por decreto Imperial; en fin que no hace falta ser muy listo para establecer las verdaderas analogías.
Hoy en día el gobierno de Rajoy, que domina prácticamente todo el territorio español, destruye derechos de todos los españoles avasallándolos, sin ningún tipo de dialogo, a base de decretazos. Así que ya se puede ir al carajo con sus analogías. El paralelismo se lo hago yo: ellos son los franceses.

lunes, 19 de marzo de 2012

Esencia fallera


A estas alturas de la feria, todo el mundo conoce ya el origen y la simbología de las fallas. Sin embargo, puede ser que os pase como a mi, que de pura rutina que se repite año tras año, de mediodías viendo la "mascletà" por la tele y de alguna que otra ingesta excesiva de alcohol durante las mismas, llevéis mucho tiempo sin preguntaros. ¿Por qué tanta gente se ve atraída por esta fiesta y acude en masa, tanto en Valencia como en los pueblos, a la "cremà"? Pues esta mañana, después de algunos años me lo he preguntado y esto es lo que se me ocurre responder.
Para mi, lo que atrae de cualquier fiesta (y yo diría que de cualquier cosa en la vida) hay que buscarlo en la esencia. Es decir, en lo que provoca en nosotros después de haberle quitado el envoltorio. Así que arranquemos de cuajo mantillas con puntilla, bordados de oro, toneladas de pólvora e incluso barnices, pinturas y esculturas. Nuestro cuerpo, en realidad, reacciona ante el fin del crudo invierno y el despertar de la primavera. Saluda al primer sol que pica, que nos hace sonrojar las mejillas y nos hace salir en mangas de camisa, liberándonos de ropas gruesas que nos dificultan la vida y el movimiento. Nuestro espíritu deja de hibernar y sale a la calle a respirar la nueva vida que anuncian árboles, flores y animales y a dar gracias: unos a Dios con sus ofrendas, otros a la naturaleza, cuidando de ella. Y al llegar la noche nos unimos junto al fuego, símbolo de aquello que nos ha mantenido con vida, anuncio de aquello que despierta y se alborota por nuestras venas; final del letargo que lejos ya queda.