sábado, 31 de octubre de 2009

Una falsa primavera

Cuando Marcos baja del coche y empieza a caminar siguiendo la senda, el sol resplandece con fuerza y le recuerda el brillo de los ojos azules de Clara, cuando le mira de esa forma que sólo una mujer sabe hacer. El mismo sol inunda su cuerpo de calidez de la misma forma que un abrazo suyo después de días sin verse. Las mariposas se posan suavemente sobre las flores y le recuerdan sus manos cuando le acarician suavemente en la cama al despertarse. La fragancia que despiden las plantas del campo le traen a la mente el olor de su piel cuando besa su cuello. Todo alrededor de Marcos parece primavera.
Sin embargo, él sabe que es una falsa primavera. Es 31 de octubre en el calendario y en sus vidas. Pronto el viento empezará a soplar de frente, la lluvia teñirá los días de gris y el frío les obligará a protegerse. El viento de los recuerdos pasados, la lluvia de las discusiones, el frío de la distancia. A pesar de todo, Marcos piensa que siempre se puede vencer al otoño, y al invierno, y que se podría resguardar de los elementos junto a Clara. ¿Pensará ella lo mismo? ¿Sentirá como él?
Mientras continúa andando se le ocurre que por qué no. Siempre será mejor intentarlo que quedarse con la duda. Tal vez consigan sobrellevar los obstáculos, el mal tiempo, arrimándose hombro con hombro, luchando juntos. Hasta que en el horizonte de ambos se dibuje la verdadera primavera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es precioso. La luz que ilumina hoy, la temperatura del ambiente, la fuerza con la que brilla el sol... todo hace pensar que nos encontramos en tiempo de "primavera", camino de la Pascua, del buen tiempo y en camino hacia un esperado verano. Hemos de ser realistas (por lo menos un poquito)y saber que pronto vendrá el frío (del que nos podemos abrigar), pero despues de las nubes y de la lluvia, siempre vuelve a brillar el sol.
Un abrazo